Me fui a tomar un café con Isabelino, el aeropuerto estaba desierto y todo estaba cerrado, salvo una confitería. Luego me despedí de él, y tras una visita al baño (la enésima desde que salí, no sé si me entienden), me quedé dando vueltas por el aeropuerto. Como no había nada para hacer, pensé que sería una buena idea partir con cierta antelación rumbo a Sants. A las seis me fui a tomar el tren, que tardó casi media hora en llegar. Para peor, debido a obras, tuve que hacer un transbordo que tardó otra media hora (podría haber tardado 25 minutos si no hubiera dejado pasar un tren que venía demasiado lleno). Finalmente, llegué a las 7:35 a Sants y tuve que salir rápidamente a buscar un taxi que me llevara las últimas cuadras.
En estos primeros minutos tuve dos experiencias que me dejaron bien en claro que era un completo extranjero aquí: para comprar el pasaje de tren tuve que enfrentarme con una máquina con touchscreen y un exceso de ofertas de pasajes. Finalmente, elegí el pasaje más barato que encontré (que resultaría ser excesivo), y por 2,40 euros me subí a un tren que de alguna manera debería haberme costado 60 centavos. Otra situación compleja fue la búsqueda de un taxi, ya que no sabía dónde les está permitido estacionar, y finalmente caminé unas cuadras hasta encontrar un lugar que decía explícitamente ¨Taxi¨. Además tenía la complicación de la valija, pensé que podría costarme encontrar un taxi que me aceptara con ella, pero por suerte no fue así, y en pocos minutos llegué al departamento de María.
Vista desde la ventana de la habitación de María al mercado, vacío en este momento pero muy ruidoso a las 5 AM:
Misma ventana, pero tomada desde un poco más adentro de la habitación:
Importante: las notas nuevas se encuentran aquí, junto a una copia de todo este sitio.
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1 comentario:
Te faltó contar que dormiste todo tu primer días jajaja
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