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martes, septiembre 19, 2006

Un poco de vida social después del trabajo

Esto es sobre lo sucedido en los últimos días.

El jueves fui, esta vez con tiempo, al banco a retirar dinero (mi tarjeta no me permite extraer más de 500 por día). Con ese dinero volví a lo de Estefanía para iniciar la primera parte de la mudanza. Como todo pesa bastante, tengo dos maletas y una mochila para llevar cosas, y además tenía que hacer combinación con el metro, decidí cargar con la maleta más pequeña (y pesada) primero. Me despedí con un abrazo de Estefanía (que salía por ahí), y me subí al metro, que por alguna razón anduvo peor que nunca y demoró más de una hora para un trayecto de 30 minutos. Cansado, y tarde, llegué a lo de Mai, dejé las cosas, y ella me reiteró la oferta de traer las cosas en coche, que esta vez acepté, ya que era tarde y tenía hambre. Así que fuimos en su descapotable hasta Plaza España. Conocí otra Barcelona, la subterránea, la que tiene túneles de varios kilómetros para que los automóviles puedan atravesar la ciudad rápidamente sin cruzarse con ningún semáforo. Son muy anchos y están perfectamente iluminados, lástima que no tengo fotos.

Subí a buscar la maleta que quedaba, y Jessica, la hija de Estefanía, me agregó al Messenger, me pidió (al igual que Estefanía) que fuera a visitarlas, y me acompañó hasta la puerta de entrada, bajando una bolsita para ayudarme. Subí la maleta, volvimos a atravesar la ciudad con Mai, compramos para comer en Telepizza, cenamos y listo.

El viernes fue normal, estaba como es costumbre muy dormido (ya que acá, los días de semana, duermo entre 4 y 7 horas), así que en cuanto volví del trabajo me fui al Mercadona (que no es el supermercado más barato, pero tal vez sí sea el que tiene mejor relación calidad/precio), comí y me acosté a dormir.

El sábado me fui a cortar el pelo, ya que mi peinado, de ser en su momento ligeramente sudamericano había pasado a serlo muy claramente. Pelo corto, gel, y a otra cosa. La norteamericana, Emily, me invitó a cenar, y a la noche fui hasta lo de Estefanía para pasarla a buscar. Fuimos a comer tapas (mariscos, aceitunas, morrones amargos, camarones, y no recuerdo qué más), y luego se prendieron dos polacos y fuimos yendo de bar en bar, tomando una copa en cada uno. La pasé muy bien, además los polacos (que vienen a estudiar aquí por un año) no hablan nada de español, así que en cuanto llegaron empezamos a hablar todos en inglés, pero con el alcohol el inglés de todos (salvo de Emily) se degradó hasta un punto en que pronunciábamos todo tan mal que cada uno entendía una cosa diferente.

Entonces, después de probar unos cuantos tintos, algunos bastante malos, volví hasta lo de Estefanía y preferí no quedarme a dormir gratis, no me parecía muy correcto.

Así que a las tres y media, en la otra punta de la ciudad y sin metro, me tomé un taxi. El taxista no tenía mucha idea de nada, así que cuando sospeché que iba a dar muchas vueltas para encontrar el lugar me bajé, sin idea de para dónde quedaba el norte, sin mapa, y conociendo sólo un par de calles de mi nuevo barrio. Por supuesto, si me perdía mucho podía tomar otro taxi, aunque la verdad es que no se veía ninguno. Caminando pasé junto a los restos de una fiesta callejera (cortando una avenida) que debió estar llena de gente. Finalmente, me encontré con una calle cuyo nombre me sonaba familiar, elegí más o menos por intuición en qué sentido caminarla, y después de un rato finalmente llegué al piso.

El domingo fue muy tranquilo. Sobre el atardecer tomé algunas fotos más, pongo dos aquí:




Luego fui al locutorio, y cuando volvía, escuché unos fuegos artificiales (acá son muy comunes), y cuando subí a la terraza les hice algunas fotos, intentando que la iglesia del monte Tibidabo también apareciera. Están un poco movidas, es la combinación de algo de zoom, mayor tiempo de exposición y, por supuesto, mi pulso.









Durante la semana de la Mercè (las fiestas de Barcelona), tres empresas de pirotecnia compiten entre sí para ver cuál da el mejor show, así que todas las noches habrá unos buenos fuegos artificiales, supongo que en la costa.

Finalmente, estoy conociendo gente y empezando a tener cosas para hacer en grupo. Con Mai tal vez me vaya unos días a Berlín, al menos iré seguramente a un pueblo de Cataluña donde está el museo de Dalí. Y hoy me invitaron a una fiesta en el depto de un compañero de trabajo para el sábado, así que creo que Barcelona está abriendo sus puertas.

Bueno, y eso es todo. Hoy es martes, dormí cuatro horas porque me quedé tomando tequila y hablando con Mai de todo un poco hasta las 4 AM. Hoy me gustaría dormir, pero no tengo demasiadas esperanzas, siempre hay un motivo u otro para quedarse despierto hasta tarde.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dispongo a realizar un viaje de trabajo a Barcelona; me gustaría contar con tu asesoría y orientación ya que al parecer has metabolizado la experiencia de forma productiva, reflexiva y satisfactoria. Envíame tu correo de hotmail, o hazme saber cómo puedo hacerte llegar el mío. Estaré en Cataluña la primera quincena de diciembre. Espero contar con tu ayuda.

Un abrazo.
Jorge.

Fernando dijo...

Puedes escribirme a fmdelvalle arroba gmail.com cuando quieras, te ayudaré en lo que pueda. Tengo una cuenta de Hotmail, pero casi nunca la reviso...

Saludos!!!